A mi me enseñaron a ganarme el mundo,
a ganarme la vida, haciéndome creer que no merecía existir.
Todo en mi existir tenía que estar justificado,
explicado en términos que no tuvieran nada que ver con mi gusto o mi voluntad,
por que eso no tenía sentido, no era justo o no era suficiente.
Por eso supe claramente desde los muy pocos años,
que todos tenían derecho al mundo, por no ser yo;
pero nunca entendí por que yo no lo merecía.
Y desde luego, con esos pocos años,
para mi era una obviedad, el tampoco merecer una explicación.
Para mi, la cosa era simple:
Yo no sabía vivir, eso era para los demás.
- Sucio -