ETAPAS DE DESCENSO:
- La negación : esta etapa es más rechazada cuando la muerte es súbita o inesperada (« no es posible, no a mí, no ahora »)
- Enojo y rebelión : va de la culpa al odio (“es injusto, no hay derecho”)
- El miedo : miedo por sí mismo o por los otros, momentánea o una angustia general. El mundo aparece como una fuente de peligros difíciles de superar. (« ¿Qué me va a ocurrir? ¿Cómo voy a hacer? »)
- La tristeza : etapa decisiva y difícil para enfrentar la realidad en la cual se toma conciencia que lo ocurrido es definitivo.
ETAPAS DE ASCENSO:
- La aceptación : « es duro, difícil, pero voy a seguir viviendo lo mejor posible ». La aceptación no es resignación, sino progresión. En esta etapa es la persona y ya no el objeto de su duelo lo que predomina y se acepta vivir de una manera diferente.
- El perdón : perdonarse, renunciar a la ilusión de omnipotencia, no dejarse avasallar por la culpa. Luego puede haber lugar al perdón de los causantes de la pérdida.
- Búsqueda de sentido : Beneficios subyacentes o el « regalo escondido »: “gracias al duelo he podido…” Se trata de reconocer que el duelo o la pérdida permitieron hacer algo imposible de encarar en la vieja situación, como desarrollar un talento, aprender cosas nuevas.
- La serenidad : acceso a un nuevo vínculo. La persona hace las paces con ese momento doloroso y puede evocarlo sin exceso de emoción. Vive en el aquí y ahora y aquello que le ocurre es más importante que lo pasado. Si un nuevo proyecto se delinea, la persona puede adherir.
Basado en la obra de Elisabeth Kübler-Ross
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