Como extraño abrazarte cada noche y preguntar: ¿Que tal tu
día?
Y escucharte atentamente, contestar tu día a día.
Extraño tu voz dulce, cansada y somnolienta recitar
cada hecho y cada cosa que me quisieras contar.
Y escucharte atentamente, contestar tu día a día.
Extraño tu voz dulce, cansada y somnolienta recitar
cada hecho y cada cosa que me quisieras contar.
Hasta que a tu relato llegaba el sueño
hasta que te llevaba pausado y sereno
hasta que te tomaba despacio separándote del suelo
y en ese respirar pausado, ahí yo era un hombre pleno…
hasta que te llevaba pausado y sereno
hasta que te tomaba despacio separándote del suelo
y en ese respirar pausado, ahí yo era un hombre pleno…
- Sucio -
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