Aquí tienes mi parte del trato,
la de nunca poder alejarnos,
la de nunca dejar de querernos
y tampoco volver a encontrarnos.
Aquí están nuestras firmas al pie,
juran nunca dejar de quererse,
y debajo con letras pequeñas
la promesa de nunca volverse.
Lamentando que enfriándose el té,
nunca van a juntarse los nombres,
de aquello que un buen día pudo ser,
y que siendo no deja dejarse.
Y sonriendo los posos se burlan,
de promesas que no prometimos,
porque aquello que algún día ya fue,
no lo puede romper el destino...
- Sucio -
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