Cada que hago una reparación en casa me va quedando un sabor bastante bipolar en la boca.
Me siento orgulloso de saberme con la capacidad de poder trascender a la reparación, de poder adquirir la información, de poder ser mi propio profesional y mas aún poder crear mis propias herramientas.
Por otro lado, me siento cansado de ser la persona que está buscando solucionar, que el asunto quede casi exclusivamente en mis manos y en mi voluntad.
Al final lo logré de nuevo.
Orgullo bipolar, supongo.
- Sucio -
No hay comentarios:
Publicar un comentario