No hace falta odiar al que te cura. Eres tú quien lo hace. Si el otro te ayuda a realizar una toma de conciencia, ¡Deja de odiarlo! Tu odio es tu defensa. Cuanta mayor es la conciencia que absorbes, más detestas a esa persona que lo ha provocado. Prefieres quedarte en la enfermedad porque es más confortable y porque tienes miedo a la vida. ¡Vence ese miedo!
- Alejandro Jodorowsky -
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