Creo que son extranjeros.
Al niño calvo de la ciento uno le llaman el Hodgkin; debe de ser inglés, aunque se lamenta en un perfecto castellano.
Al gordito de al lado le dicen el Asperger, pero siempre está callado y resulta imposible averiguar su idioma.
Conmigo se confunden, me han nombrado como la Metástasis, o algo así.
Los médicos son muy raros y no se les entiende ni la mitad de sus murmuraciones.
No importa: me llamo Celia, tengo siete años y soy de Cuenca.
- Manuel Merenciano -
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