sábado, 20 de noviembre de 2010

el mostruo...

El monstruo sonreía,
mientras la luna la tomó entre sus brazos 
y se fueron juntas a volar,
la rabia,
la ironía,
la eterna nostalgia recorriendole la piel será su abrazo.

El cálido,
el frío, el distante...
El abrazo que se fue sin llegar,
que se marchó sin ser propio o ser ajeno.

El beso al silencio que sellará sus labios,
 tendrá al menos cada día,
20 segundos para regalarle.

Una mirada va a callar
y sus labios van a mirar en otro sentido cuando la vea pasar a su lado
en formas que nunca tuvo,
en cuerpos que no son ciertos,
en recuerdos que no existieron,
en palabras que no se pronunciaron. 

Cuando aprendes a amar lo que odias, 
la sensación no se mueve,
no se vive ni se muere
porque nada deja de ser lo mismo
y todo al final es nada.
No habrá momento en el tiempo que no sea "ese"
y quedes encerrado en lo que nunca debió ser y fue solo para dejar de serlo...

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