lunes, 7 de julio de 2014

El tiempo es el cobarde.



El tiempo es el cobarde. Y estos días
de sábanas y cuartos sin ventanas.
El tiempo, solo el tiempo. Tal vez sea
esta noche la misma. Cuando fumas
tranquila y a mi lado. Y me sonríes.

Espacio para un tiempo sin relojes,
abierta está la cama y arrugada
por el placer de cuerpos y humedades.
Tienes en el costado lunas rotas,
y una voz que reclama: “dame un beso”.

En la niebla adivino –igual que un tango-
el triste parpadeo de tu sangre.
Ni siquiera un mañana que amenace
esta absurda esperanza de creernos
eternos este amor y estos abrazos.

Y fumas en mi boca. Echas el humo
en mi vientre y te ríes mientras miras.
Mañana será tarde. Siempre eres
lo mejor de los mapas del instante.
El aceite con pan de mis mañanas.

Qué importa que los tiempos nos sean crueles,
que maten y nos hieran, si en mi mano
conservo los papeles de tu boca,
la promesa firmada de que nunca
podrán los calendarios con nosotros.

Aunque tengas otros dedos en tu carne
nunca podrás librarte de estos brazos
que te buscan de noche y te recuerdan
que el tiempo es el cobarde. Y lo he vencido.


- Rodolfo Serrano -

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