martes, 3 de noviembre de 2009

Tres dulces y un crayón...


Esas pequeñas cosas de las que habla Serrat en su canción, son esas las cosas que alimentan y nutren, o acaso alguno de los lectores ha visto como es una vitamina?, no una pildora, me refiero a propiamente como es una vitamina, verdad que no?

Se acerca el día y estoy nervioso, pero una serie de decisiones y circunstancias dejan el panorama un poco más claro, parece que tengo un trabajo estable, que se ajusta y me ajusta, lo cual es suficiente para mi.

Dijo alguna vez Facundo Cabral:

"Juan Francisco, mi ahijado, dice, a sus dos años de edad, que soy artista porque canto, y que canto para poder comprarle chocolates, que es lo más razonable que escuché sobre mi oficio."

Hace un par de días se acercó mi sobrino mientras yo estaba frente a mi compu, vio sobre el cpu y ahí tenía un pequeño osito color rosa que había hecho para regalarlo a alguien y el tiempo pasó y no había tenido aun la oportunidad de entregarlo. Desde que él lo vio hacia meses me pidió que le hiciera uno, yo le dije que si, pero la verdad no me había dado el tiempo.
Hace un par de días cuando vio de nuevo ese osito me pidió que le hiciera uno, tomó el osito, le pregunté que si le gustaba, me dijo que si y se lo regalé, lo agarró, lo apretó entre sus manos y salió corriendo con su nuevo tesoro entre las manos dándome las gracias.
Me dio gusto ver que lo disfrutara tanto.
A los pocos minutos regreso con las manos cerradas y me dijo:

Toma, te los regalo, este crayón me lo encontré en la escuela y estos dulces me los dio la maestra por apuntar rápido la tarea...

Le di las gracias mientras me quedé observando mi nuevo tesoro y él se fue a jugar.
Creo que nunca había valorado tanto una de mis creaciones, mi sobrino tiene 6 años, aun esta aprendiendo a escribir, imagínense el esfuerzo de ganarse esos dulces, de copiar bien y rápido la tarea de el pizarrón para poder ganarse esos dulces. Recuerdan cuando eramos pequeños lo mucho que valorábamos esas cosas que nos encontrábamos en el piso y solo por eso pasaban a ser nuestras, imagínense la importancia de lo que me había regalado.

Es cierto que me cuesta mucho trabajo hacer mis plushies, es cierto que ese osito me había costado mucho mas trabajo de lo normal por que era pequeñito, cabe sentado sobre un borrador... Pero, no creo que todo ese esfuerzo, que mi imaginación al cortarlo y coserlo, fuera tan maravillosamente correspondido alguna vez como lo fue ahora, imagínense, mi trabajo vale un tesoro:

Tres dulces y un crayón...


No hay comentarios: