miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mano ocupada, mano perdida...



La semilla se alimenta de la descomposición de la fruta que la cubre, 
el árbol debe desprender sus hojas en invierno para no morir y poder generar nuevas en primavera.
Soltar lo que hay en mis manos, para poder utilizarlas.
Alimentarme de lo que he vivido para poder construirme.

De Diogenes a Tyler Durden... pasando por Facundo Cabral.

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