viernes, 4 de septiembre de 2015

A los 32...


32

He sido un hombre terriblemente afortunado,
mi vida ha estado llena de las bendiciones mas extrañas, pero mas hermosamente necesarias para ser todo esto que soy.

He logrado fracasar de formas tan abrumadoras que no tuve mas remedio que aprender a caer y esa es una de las habilidades que mas bendigo, cuando no hay miedo a la caída no da miedo la altura.

He podido quitarme mascaras, apodos, expectativas y pretensiones que no son mías, cada vez soy mas sensible y mas vulnerable, pero también mas real y por lo tanto puedo vivir de verdad la vida que hay en mi.

He aprendido a salir de la comodidad del día a día, a ponerme a prueba, a dudar de eso en lo que me creo muy bueno, pero también a confirmar que lo soy cuando es verdad.

He dejado de tomarme en serio, de ser tan severo, de ser determinista con mi ser, me tomo a broma, con levedad y sin prisa. Soy tan eterno como la materia de la que estoy hecho y tan fugaz como el momento en el que se formó y esto seguirá ahí por siempre.

He logrado hacer las pases conmigo, me he convencido de que soy terrible, maravilloso, detestable y encantador en la misma medida que soy lo opuesto. No quiero ser algo que no sor, con ser lo que soy me basta.

He aceptado que hay muchas cosas que me sobrepasan, a mis capacidades, a mi inteligencia, a mi comprensión, a mi poder. Hay tanto por aprender y tanto que jamás aprenderé que comienzo a ser feliz cuando me doy cuenta de todo aquello que ignoro. Hay un poder siempre mas inteligente y mas grande que el que yo creo tener.

He asumido que mis deseos solo son mios y que no hay obligación alguna de que el universo los vuelva realidad. Entonces dejo ir sin berrinche, acepto sin enojo y consigo sin pretensión, sufrir no es nunca un premio a nada.

He aprendido, aceptado y asumido que soy un ser entero, hermoso, adecuado y no necesito nada mas para ser yo. Así, desnudo de cuerpo, alma y mente, así soy entero y hermoso.


- Sucio -

No hay comentarios: