domingo, 31 de octubre de 2010

El fantasma...


Existimos por la ruptura espontánea de simetría electrodébil, porque el lápiz fue a caer en este sentido precisamente y no en ningún otro. Somo el producto de un error, un milagro, algo que no debía suceder para la lógica, pero sucedió, así son los errores, algo que no debe suceder, pero sucede.
Quizás somos el cauce pero nunca el río, solo el producto de lo que fuimos decidiendo, marcando las curvas, los pasos, los sentidos, todas y cada una de las piedras que nos hicieron caer, permanecen bajo el agua que va cruzándonos por encima.
Por eso se dice que no podemos bañarnos 2 veces en el mismo río, que cada instante es nuevo, porque nada puede cambiarse, nada puede ser diferente, el pasado es indestructible sugirió alguna vez xveda, pero, ¿que hay de cierto en eso?
El pasado existe, como un recuerdo, como cicatrices, como algo que en un instante fue y actualmente no esta, podemos ver hoy secuelas de lo sucedido, pero el hecho es que lo sucedido ya no existe y se fue, si las consecuencias persisten son un asunto nuevo, no necesariamente el mismo acontecimiento que se vivencía por medio de ello. El pasado es mi recuerdo vuelto emoción.
El pasado existe solo en mi imaginación, ¿como destruir un recuerdo?, ¿como destruir algo que no existe?, ¿como destruir si no podemos construir?. No podemos destruirlo, solo se destruye lo que existe, un recuerdo no existe, el 80% de nuestros recuerdos es mentira.

Un recuerdo no se destruye, se resignifica, el pasado es indestructible, pero no resignificable...

El pasado es un fantasma al que le tememos precisamente porque sabemos que no pertenece a este momento, es un fantasma que nos causa miedo porque sabemos que no debería de estar ahí, aquí...

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