lunes, 27 de diciembre de 2010

Pareidolia Emocional...

"Los huecos tienen su propia gravedad. Mientras mas grandes mayor es su gravedad, respetan esa regla de la física. Nada puede pasar a su lado sin terminar cayendo en él."

El la mira y su hueco comienza a palpitar, con vida propia tira de los hilos del pensamiento y llega a convencerlo que es ella, que tiene la posibilidad absoluta de ser ella y cuando ella le sonríe al cruzar las miradas no queda la menor duda de que es ELLA...

Ella vaga por las noches, sus manos realizan el trabajo de sus labios, de hecho hacen el trabajo de todo su cuerpo, extraña los momentos en que sus labios eran quienes cumplían la función articuladora de las sensaciones, de las ideas. Un par de frases, segundos que se hacen minutos y las manos de su hueco ya están manejando la voluntad. Es él, nadie más en el mundo podría ser, es ÉL...

Ella tiene miedo, siente el viento, la libertad, volando y en caída libre.
El tiene miedo, si no puede controlarlo saldrá de sus manos y lo lastimará.
El necesita a ella, ella lo necesita a él y son sus huecos los que tomaron esa decisión.


Es el hueco que utiliza la apofenia o es simplemente uno de sus brazos, uno de sus hilos. Es la herramienta perfecta para hacernos ver lo que no esta donde nunca existió. Negarnos en esa absoluta ceguera, ver al mundo con el filtro del hueco, atraer cada señal, cada signo, cada persona hasta el fondo de nuestros recuerdos, hasta el centro del hueco.

Criptomnesia de la historia de nuestras vidas, imposibilidad o negación absoluta de reconocer el origen, de saber que ese hueco tenga un nombre, una fecha y callar ante su motivo. Supresión absoluta de cada sentido, no ver, no oler, no escuchar, no sentir, no degustar, nada, porque nada queda libre cuando es el hueco quien tiene el control...


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