martes, 23 de agosto de 2011

El tiempo despues.

No estoy solo, estoy sin ti, físicamente. Y duele igual, emocionalmente. Oigo tu voz y me dan ganas de volver a acariciar tu cabello. Siempre que llego a casa, olvido que ya no vives aquí y se pierde entre las paredes tu nombre mencionado por mi voz.

Voy a la cocina, y recuerdo las veces en que cocinábamos juntos y se nos quemaba la comida. Sonrío por nostalgia y también recuerdo que no importaba, porque lo que me gustaba, era que cocinaba contigo.

Es increíble mirar todo lo que una vez fue nuestro, y que ahora debería decir que es mío. Pero no me gusta decir que es mío, porque lo que siento me impulsa a no querer nada para mí que no sea para ti también.

Y es que ahora me acuesto cada día más tarde, y en mi ventana siempre anochece más temprano. Ya no sueño con nada, y despierto con pereza de sobra. La vida no funciona como antes, y mis días ya no son lo que eran.

Dejé de fumar, y no he querido tocar ni una sola botella de whisky porque siempre me llega a la cabeza el recuerdo de haberte dicho que no volvería a beber. Mis amigos dicen «Pero ella ya no está», y yo les corrijo «en mi mente sí».

- Contingencia emocional

No hay comentarios: