lunes, 3 de septiembre de 2012

Arquetipos.

Actualmente varios autores en el terreno de la psicología social distinguen seis formas arquetípicas de comportamiento amoroso: 

Ludus: Evita el compromiso y aunque no pretenda daño alguno para sus parejas, puede infligirselo por la diferencia de expectativas sobre la relación. Es un amor que se juega como un juego o deporte, un amor que busca la conquista; pueden tener varias parejas a la vez.

Storge: Valora el amor como una forma evolucionada de la amistad y encuentra importante que su pareja presente una afinidad de gustos, intereses y nivel de compromiso.

Eros: Siente el amor en la forma de pasión física y emocional, un amor basado en el goce estético; estereotipo del amor romántico.

Ágape: El amante en que predomina el arquetipo valora los intereses y emociones de la persona amada por encima de sus propios intereses; el amor espiritual, el amor maternal.

Manía: Siente el amor de forma intensa y posesiva, llegando en casos a lo obsesivo. Este arquetipo amoroso se corresponde con el concepto occidental de romanticismo y como tal es ensalzado en la literatura romántica así como en las diversas manifestaciones de cultura popular. Es el primer amor que demuestran por lo general los adolescentes.

Pragma: Tiene claras sus expectativas ante una relación y espera, de forma práctica, que estas se vean satisfechas. Es un amor que es conducido por la cabeza, no por el corazón; poco demostrativo.


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