lunes, 25 de marzo de 2013

Invierno...


No puedo negarte que percibo el calor en la piel y dentro del pecho, que las lunas son brillantes y las estrellas titilan al ritmo de las hojas de los árboles que el tibio viento sacude.
No puedo tampoco aceptar, que la alegría de las flores al surgir, las mariposas al volar o los cometas de todos estos niños, me transmiten el gozo absoluto de contemplar la vida en sus pequeñas y pretenciosas sonrisas.
No puedo, porque también siento la agonía de los copos de nieve derretirse, la tristeza de las noches acortarse y el despojo de la piel de los tristes de el frío que tan amorosamente les cobijaba.

No puedo negar amor mío que tras el pasar de las estaciones y tras de ellas mis años, he aprendido que siempre hay un invierno, un inviernito guardado aquí al centro de mi pecho en el que cabemos los dos, en el que hace el frío suficiente para abrazarnos, en el que las noches son tan largas como el amarnos, en el que derretimos cada copo de nieve con tocarnos...

Ahí te encuentro amor mío, al centro de mi pecho, segunda estrella a la derecha...

- Sucio -

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