viernes, 1 de marzo de 2013

Miedo.


Lo que más miedo le daba era haber perdido la Capacidad de ilusionarse.
¿Y si no la recupera?
¿Y si nunca más vuelve a sentir lo que ha pasado toda la vida sintiendo, esa sensación de que lo mejor estaba por llegar, de que si aguantaba un poco, un poco más todo valdría la pena?
Era como un salvavidas. Daba igual que el presente fuera malo porque siempre quedaba el consuelo de que el futuro seria mejor.
Eso es lo bueno de las ilusiones.
Pero ahora ya sabe que la realidad es la enemiga natural de los sueños.”

- Carmen Amoraga @ El tiempo mientras tanto -

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